3.4. Derechos de propiedad intelectual sobre contenidos
3.4.2. Algunos riesgos para la propiedad intelectual en los medios sociales
1) Quien publica no tiene por qué ser titular del contenido
Por regla general, la autora del contenido es el único autorizado para publicarlo. Si se publican contenidos de otras, es obligatorio que obtengamos su consentimiento expreso, y a ser posible por escrito.
2) Es difícil obtener una compensación por el trabajo realizado
Las redes sociales y plataformas colaborativas tienen una gran difusión, y para las autoras esta forma de distribuir contenidos puede ser muy ventajosa. Sin embargo, el principal problema que se puede plantear es que no hay muchas formas efectivas de controlar y obtener una compensación directa por el trabajo realizado.
3) La permanencia de los contenidos más allá de la baja del servicio
La red social mantendrá tus datos aunque borres tu perfil.
Sirva como ejemplo el caso de Facebook. Puedes salir de la plataforma, pero la única manera de que desaparezcan todos tus datos es borrar uno por uno cada uno de los vídeos, fotos o comentarios que has compartido en tu perfil. La política de privacidad advierte de esto: «Incluso tras haber eliminado la información de tu perfil o tras haber borrado tu cuenta, es posible que alguna copia de dicha información permanezca visible en algún otro lugar». Eso sí, tu nombre de usuaria dejará de estar asociado a esa información aunque podría seguir apareciendo, pero su autor sería un «Usuario de Facebook anónimo». Asimismo, hay tipos específicos de comunicaciones que no pueden eliminarse nunca, como los mensajes. Facebook puede también conservar algunos datos para evitar robos de identidades o conductas inadecuadas aunque se hayan eliminado las cuentas. De hecho, realiza «copias de seguridad» en las que almacena la información de las cuentas eliminadas durante un máximo de noventa días.