2.3. Avanzar en la innovación
Como comentábamos, innovar en el presente facilita la innovación en un futuro, de la misma manera que posponer la innovación merma la capacidad de innovar en un futuro.
Es recomendable avanzar en la capacidad innovadora por etapas (Vilà, 2012). Estas son:

Fuente: elaboración propia a partir de Vilà (2012, pág. 6).
1) Sensibilización
Inicialmente, como en todo cambio, debemos crear una actitud y predisposición favorable a hacer cosas nuevas, a innovar.
2) Credibilidad
En el segundo paso es importante obtener resultados en innovación, con métodos simples, que demuestren a dirección que podemos llegar a problemas o ámbitos más complejos y den credibilidad a la innovación.
Lograr pequeños éxitos que den confianza de forma progresiva es lo que el Dr. Albert Bandura (citado por Vilà, 2012, pág. 38) llama «maestría guiada».
Es fácil obtener resultados con la resolución creativa de problemas (design thinking), y así podremos demostrar las ventajas de innovar frente a otras maneras de dirigir la empresa.
Los diseños que parten de las necesidades humanas suelen ser más efectistas que los creados mediante otros puntos de partida.
Dar credibilidad a un proyecto no implica solo diseño, sino que se debe reposar en otros tres pilares, pues debe ser:
a) Deseable (atractivo).
b) Viable (viabilidad técnica).
c) Factible (viabilidad económica).
3) Sistematización
Es el momento, y nunca antes de tener la credibilidad, en el que podremos solicitar a los altos niveles de la empresa que se cree una sistemática directiva que permita la innovación y el lanzamiento de nuevos proyectos.
Los grandes avances y resultados se dan en esta fase, cuando la empresa consigue dirigir la innovación con un método sistémico claro.
Hay que evitar perder de vista el objetivo, propósito y estrategia. También hay que evitar no priorizar sobre la base de los resultados que vamos a obtener. La innovación es un método para traducir una estrategia, nunca el fin.
La mínima expresión de un sistema de innovación tiene seis etapas:

Fuente: elaboración propia a partir de Vilà (2012, pág. 38).
4) Consolidación
Se trata de crear una cultura innovadora, institucionalizarla, para que implique a toda la empresa. Consiste en lograr la continuidad de la innovación, innovación sostenible, más allá del equipo directivo o de las personas que la han iniciado.
Este, seguramente, es el paso más complicado, ya que pocas son las empresas que han conseguido que la innovación continúe de forma sistemática y no como herencia de su fundador.
De hecho, una de las grandes incógnitas de esta época es ver si la capacidad innovadora de la empresa Apple tendrá continuidad más allá de su fundador Steve Jobs.
Para llegar a una cultura, o filosofía de empresa, más innovadora hay que cambiar la manera de dirigir a las personas, otorgándoles más responsabilidades y poder de decisión y siendo tolerantes al error bien intencionado.
Ejemplo
Singapore Airlines usa una técnica llamada two up levels.
A sabiendas de que uno de sus problemas es la burocracia, y con el objetivo de crear valor al cliente, los directivos tienen la capacidad de resolver problemas tomando decisiones, imaginando lo que el jefe del jefe directo haría, y tomando esa decisión por él. Además de ser un avance hacia la participación y la autodirección, han conseguido reducir las quejas de los clientes.